Vista de Abarán

    Estás, humilde, escondido
entre montes de cortina.
Eres un Belén nocturno
y un Damasco a mediodía.
¡Oh, qué laberinto turbio
tus callejas retorcidas!

    ¡Montes, montes,
corred la tramoya de vuestras cortinas,
para ver la gloria misma!

    Sobre la calva de un monte
el milagro de tu Ermita.
Abajo, el agua, corriendo,
con lunas estremecidas,
y en las calles - al trasfondo -
sentadas, las viejecitas...

    ¡Montes, montes,
corred la tramoya de vuestras cortinas,
para ver la gloria misma!

    ¡Oh, rubia postal del pueblo,
desde lejos entrevista!
Entre flores de naranjos,
verdeazul, verdeamarilla,
la veleta de la torre
gira, gira, gira, gira...

    ¡Ay, montes, montes,
corred la cortina de vuestros verdes,
para ver la gloria misma!

        Enrique Antolínez Pastrana (1947)

 


Plumilla del autor

 


Página principal


Índice de poesía