Rabindranath Tagore recibió el premio Nobel de Literatura en 1913
Yo dormía y soñaba que la vida era alegría.
Desperté y vi que la vida era servicio.
Serví y vi que el servicio era alegría.
Cada criatura, al nacer, nos trae el mensaje de que Dios todavía no pierde la esperanza en los hombres.
La fe engaña a los hombres, pero da brillo a la mirada
Es fácil hablar claro cuando no va a decirse toda la verdad
La verdadera amistad es como la fosforescencia, resplandece mejor cuando todo se ha oscurecido.
El hombre se adentra en la multitud por ahogar el clamor de su propio silencio
Agradezco no ser una de las ruedas del poder, sino una de las criaturas que son aplastadas por ellas
Si cierras la puerta a todos los errores, también la verdad se quedará fuera.
No basta compartir las ideas con el prójimo; se ha de compartir la vida.